Dónde está tu mazo, tu
sentencia? Cuál es mi delito esta vez? No eres juez, pero si me juzgas, senténciame
otra vida. No quiero escuchar tus tristes canciones, no quiero sentir tu dolor. Los mismos trucos
que una vez me dejaron como la tonta no te servirán de nada esta vez. No soy la
misma niña que recuerdas, ahora puedo cuidarme sola.
Me trataste como a
otra extraña. Pues muy bien, encantada de conocerte, pero me voy. Estoy mejor
sola.
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