lunes, 9 de abril de 2012


Dejé caer mi corazón, y mientras, tu quisiste alcanzarlo. Estaba oscuro, y todo había acabado hasta que besaste mis labios y me salvaste
Mis manos eran fuertes, pero mis rodillas eran débiles y temblaban al rodearme con tus brazos.
Pero en realidad había un lado oscuro en ti que nunca conocí, y todas las cosas que decías no eran verdad. En aquel juego al que jugábamos tu siempre ganabas. 

Pero ahora yo escribo las reglas.

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